Cd. Victoria, Tam.- A fuerza de ser sinceros, no le creí a LÓPEZ OBRADOR cuando dijo en su campaña de 2018 que eliminaría el uso de la fractura hidráulica (fracking) como método para la extracción de gas añadiendo que elevaría dicha prohibición a rango constitucional.
Desde luego, el solo anuncio agarró con los dedos en la puerta a los vivales que habían convertido a la Cuenca de Burgos en territorio de especulación inmobiliaria. Los chicos de Coahuila, Nuevo León y (sobre todo) Tamaulipas.
Personitas ligadas al partido y el gobierno de los cuernos, quienes creyeron encontrar un negocio muy lucrativo comprando terrenos áridos a campesinos pobres por muy pocos pesos, con el sueño de vender en cantidades cuantiosas (dólares, euros, yuanes) a inversionistas futuros.
Pero el gozo se fue al pozo y esto lo manejé aquí hace cosa de seis años. En aquellos tiempos, activistas en defensa del medio ambiente se preocuparon por documentar al detalle la realidad oscura bajo el oropel del fracking.
El daño severo en construcciones cuando se provocan temblores en zonas que antes fueron de baja o nula sismicidad. La liberación incontrolada de gases irrespirables como metano, benceno y etilbenceno, altamente tóxicos para los seres vivos.
Y también gases de efecto invernadero como el dióxido de carbono, amén de residuos tóxicos y lodos de perforación que deben ser tratados y confinados de forma segura.
Sin olvidar que sustancias químicas contenidas en el fluido de fracturación pueden filtrarse a los acuíferos subterráneos y contaminarlos. Además de requerirse grandes cantidades de agua, lo cual disminuye la disponibilidad para consumo humano.
FARISEÍSMO BANAL
Y un detalle algo jocoso. Mientras esto se denunciaba y los candidatos presidenciales andaban en campaña, el expresidente VICENTE FOX pegaba de gritos desde su espacio en #Twitter defendiendo al fracking como si fuera la octava maravilla. La salvación del país.
Bramaba VICENTE desde las redes que el fracking sería “el nuevo Cantarell”, evocando aquel yacimiento petrolero ubicado en la sonda de Campeche, símbolo de la pasajera abundancia mexicana en la segunda mitad del siglo 20.
Aunque lo mismo decía de la marihuana. La solución mágica a todos los problemas de México que (según sus elucubraciones nocturnas) catapultaría a la economía nacional al primer mundo. Tema que todavía suele repetir a quien quiera creerle.
Lo cierto es que FOX habló y hablará siempre como vendedor de ilusiones. Lo único que sabe hacer desde que trabajaba para la Coca-Cola, nada menos que en Tampico. Gente hay que lo recuerde bien.
De hecho, una vez que dejó la Presidencia se ha dedicado a tocar puertas en representación de compañías extranjeras interesadas en hacer negocios con el gobierno, llevándose con mucha labia y poco esfuerzo un buen porcentaje (moche).
Le funcionó bien con FELIPE CALDERÓN, digamos que requetebién con su amigocho PEÑA NIETO, pero el negocio se le vino abajo desde AMLO. Y se acabó la diversión.
En su desaforada campaña a favor de la fractura hidráulica, el citado expresidente (también llamado #FrackingFox) solía enviar sus mensajes desde algún hotel de Houston. Por entonces viajaba en su papel de lobista o intermediario (coyote) para brindar con las asociaciones de empresarios gringos especializados en dicho método.
Pero igual lo hace con la marihuana, cuando vuela a Estados Unidos para verse con sus amigos hippies de la tercera edad que procesan derivados del canabinnol. Es la misma narrativa optimista y por momentos esquizoide, copia fiel de la publicidad empleada en los productos milagro.
Mientras deje dinero, todo le resulta estimulante, merecedor de sus más ruidosas euforias y esos discursos que parecen entresacados de los libros de autoayuda. Por el contenido de sus tuits se adivina en qué pasos anda.
Pura vendimia, sin asomo de rigor crítico. Por ahí tiene una cadena de tendajos que venden esos menjurjes en sociedad con el divo ROBERTO PALAZUELOS. Otro ofuscado.
ASIGNATURA PENDIENTE
La lucha no ha terminado. Un reporte de la revista EXPANSIÓN revela esta semana que, de manera discreta pero más o menos regular, PEMEX sigue empleando el fracking en la extracción de hidrocarburos donde aún lo considera necesario. (https://tinyurl.com/23bwhuc7)
Lo cierto es que organizaciones ambientalistas como la Alianza Mexicana Contra el Fracking no las tendrán todas consigo hasta que la prohibición haya sido plenamente integrada a la Carta Magna.
Y aun así, para no quedar en letra muerta, deberá aterrizar en leyes específicas, porque los intereses detrás de dicho negocio son muy poderosos y sus lobistas sumamente hábiles. Saben qué puertas tocar.
La página web de dicha agrupación (https://nofrackingmexico.org) luce en una primera vista grandes letreros que revelan su firmeza de propósitos: “No al fracking, ni aquí, ni allá, ni hoy, ni nunca”.
La gente de dicha agrupación, como la geógrafa y defensora del agua CLAUDIA CAMPERO ARENAS, reconoce que (al menos) los presupuestos oficiales para la exploración por fractura hidráulica han bajado. La mala noticia es que no se han detenido.
Ciertamente, se ha evitado el horror que representó en su momento la alucinación foxista de ver dicho método como una panacea de aplicación universal, intensiva, milagrera, farisea. Lo cual habría sido devastador. La buena noticia es que no le hicieron caso.
Estamos, pues, en un punto medio, cuando dos candidatas con vocación ambientalista andan en campaña tras la Presidencia de México, XÓCHITL GÁLVEZ y CLAUDIA SHEINBAUM. Sobre tan importante tema, cabe esperar el posicionamiento de ambas, esperemos que pronto y muy firme.