MORENA-TAM, sigue siendo un partido en estado larvario; un ente, en el cual prevalecen las mentalidades más repugnantes del viejo sistema político tamaulipeco. La ambición vulgar, los deseos personales antes que los anhelos de la sociedad, la ausencia del debate sustancial –puro chisme, diatriba e infundio, es lo que rifa entre la militancia guinda–, lo han convertido en una organización sin un ápice de institucionalidad.
(Ello, en referencia al respeto a las reglas internas, el honor por los documentos básicos y el programa de acción, y la aceptación de procesos internos limpios, en las tomas de decisión partidista, la autocrítica intestina).
El más reciente acontecimiento protagonizado por la candidata al senado, Olga Sosa: despotrica contra el gobernador, contra sus compañeros de proyecto y casi amagó con desembuchar lo que tuvo que sufrir –ahora se explican las acarameladas fotos con su mecenas, Carmona Angulo– para recibir el dinero cuyo destino fue el de diversas compañas electorales.
¿Qué hizo reventar tan visceralmente a Olga?
¿Con quién dialogaba la candidata, que no se aguantó y filtró ese audio, tan demoledor?
Evidentemente: Sosa lo que menos desea en estos momentos es enfrentar al Ejecutivo estatal; es simplemente un exabrupto, del cual deberá estarse arrepintiendo.
Lo que refleja lo dicho por la tampiqueña, es la falta de institucionalidad en una agrupación que fue articulada con militantes de diversa laya: de chile, sal y de manteca que desconocen hasta lo más elemental de un partido que debe actuar y pensar como agrupación de Izquierda.
Miles de militantes como Olga, no han sido asimilados por un partido que, en el ansia de crecer, sumó desde lo más rancio del conservadurismo –hay que traer a colación a Germán Martínez, Lily Téllez, Alejandro Rojas, Tatiana Clouthier y otros menos célebres–.
¿Cómo crear un partido de Izquierda con los residuos del viejo régimen de privilegios que por más 90 años?
¿Cómo cambiar la mentalidad de una militancia que no le interesa cambiar la vieja cultura del hurto y de la mentira, para seguir con el disfrute de privilegios?
AMLO, hizo lo que pudo.
Es responsabilidad individual, actuar en función de los ordenamientos y mandatos de MORENA que fueron dados por los fundadores.
¿Tienes afectos por las políticas neoliberales?
No entres a MORENA.
¿Amas en el fondo el trafique de la autoridad para acumular capitales?
No te sumes a la militancia guinda.
Sólo que la conducta humana no es tan esquemática como uno piensa. En los recientes años, MORENA se convirtió en un partido de gobierno; hecho suficiente como para que la estampida de otras agrupaciones se dirigiera al partido mayoritario del país. Y cómo no: hoy por hoy, el lopezoradorismo y su brazo electoral, es la ruta más exitosa para llegar a cargos de autoridad y de la administración pública.
En Tamaulipas, esas circunstancias, están más claras.
Engendros sociales como José Ramón Gómez Leal, Eugenio Hernández Flores, Maky Ortiz, Cindy Robles, Makyito Peña, Erasmo González, Manuel Muñoz Cano, Carlos Enrque Cantú Rosas –sin olvidar a su hermana Carmen Lilia– y Olga Sosa, han encontrado morada en un partido al cual sólo le pueden aportar descomposición, putrefacción. MORENA no nació con basura en sus venas; la basura, llegó con la conversión del lopezobradrismo en partido dominante, mayoritario.
El posible arribo de JR, Olga, los Cantú Rosas, Erasmo, Makyito, Maky, Cindy y otros especímenes, no traerá salud y vigor a la IV T, tamaulipeca.
Al contrario: podríamos hablar, de la restauración acelerada del viejo régimen neoliberal.