Estudio revela cambios en rutinas diarias por temores de seguridad
La Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) del primer trimestre de 2025 muestra que, a pesar de la reducción en la percepción de riesgo del 66.1% al 39.8% entre diciembre de 2024 y marzo de 2025, gran parte de la población de Querétaro sigue alterando su comportamiento habitual por preocupaciones de seguridad.
Un análisis detallado de las respuestas de 920,448 personas mayores de edad reveló que, aunque la mayoría no ha modificado significativamente sus rutinas, un porcentaje considerable ha dejado de realizar actividades comunes. Las principales acciones evitadas incluyen visitas a familiares, portar objetos valiosos y realizar caminatas nocturnas.
Reducción de visitas familiares y sociales
Al indagar sobre las modificaciones en las visitas a parientes o conocidos, de un total de 909,234 encuestados, el 27.6% admitió haber reducido estas interacciones. Esta cifra representa a 249,783 personas que prefieren limitar sus desplazamientos por temor a situaciones de riesgo.
El contrapeso lo constituye el 72.4% de los consultados, equivalentes a 658,461 individuos, quienes aseguran mantener sus hábitos sociales sin restricciones. «La percepción de seguridad ha mejorado, pero muchos ciudadanos continúan tomando precauciones extremas», destacó uno de los investigadores del estudio.
Evitación de mostrar bienes personales
En cuanto al hábito de portar artículos de valor como joyas, efectivo o tarjetas bancarias, el 43.5% de los 879,772 participantes en este segmento reconoció haber modificado sus conductas. Esto implica que 382,269 personas han dejado de exhibir estos objetos en espacios públicos.
Por otro lado, el 56.5% restante, conformado por 497,503 individuos, no ha cambiado sus prácticas tradicionales en este aspecto, confiando en sus medidas de protección personal.
Restricciones en movilidad nocturna
El estudio también reveló cambios significativos en las costumbres de desplazamiento después del anochecer. De las 901,423 personas consultadas sobre caminatas nocturnas cerca de sus hogares, el 45% (405,640 individuos) ha dejado de realizarlas por temor a la delincuencia.
En contraste, el 55% de los encuestados, equivalente a 496,161 personas, continúa con sus rutinas de movilidad nocturna sin alteraciones notables, considerando seguros los horarios y zonas donde transitan.
Impacto general en la vida cotidiana
Los resultados de la encuesta reflejan una realidad compleja: aunque la percepción de riesgo ha disminuido considerablemente, un segmento significativo de la población mantiene conductas preventivas que afectan su vida diaria. Esta dualidad evidencia cómo la inseguridad, aunque menos percibida, sigue influyendo en las decisiones personales de muchos habitantes del estado.