Por José Ángel Solorio Martínez.
¿Podría Eugenio Hernández Flores, reactivar como el actor político que fue?
No.
Ni en el corto, ni en el mediano, ni en el largo plazo.
Con todo y la algarabía que ha suscitado su libertad, entre miles de simpatizantes, Geño es un fiambre en los asuntos de la vida pública.
Hay muchas razones, para colegir ese futuro del victorense.
1.- Los cuadros que lo siguieron en sus aventuras políticas, -Mario Ruiz Pachuca, Ricardo Gamundi, Oscar Almaraz, Manuel Muñoz Cano, Edgar Melhem Salinas y sus afortunados cuñados- se sumaron a otros proyectos. En seis años, el mundo tiene muchos cambios; en un sexenio, algunos personajes crecen, en tanto otros se marchitan.
Otros socios de él, menos afortunados, tienen cuentas pendientes con las autoridades norteamericanas, por asuntos de fondos bajo sospecha.
Algunos de sus promotores, optimistamente lo manejan hasta como posible candidato. La mala noticia, es su inhabilitación para participar como aspirante, por sus aún impagadas, deudas con la justicia.
2.- El proceso de extradición está en marcha. La Justicia de USA, lo reclama por evasión fiscal y la construcción de empresas fachada para lavar algunos centenares de millones de dólares. Habitualmente -se dan casos que salen de esa lógica- los jueces del país vecino, son unos sabuesos con quijadas que no sueltan al acusado de ese tipo de delitos. Razones de peso, fundamenta esa ferocidad: su independencia y autonomía como Poder judicial; y, sobre todo, el porcentaje -por ley- que los juzgadores se llevan legítimamente a sus bolsillos del dinero recuperado para el tesoro gringo.
Mucho dinero, está en juego en ese juicio.
El capital en disputa, contempla varias propiedades y cuentas bancarias, en Estados Unidos.
Abogados de USA y de México, ya están ganando.
Bajo ese amago, se ve complicado que Eugenio, tenga deseos de meterse al foso negro de la política que ahora lo tiene como lo tiene. Sus fans, no tienen idea de lo que un hombre pierde en seis años de encierro. Es más probable, que regrese al negocio que lo llevó a la política: la construcción de obras de ingeniería.
No le faltará trabajo.
Aún tiene amigos en el sistema político mexicano.
3.- Tiene cancelados los caminos de regreso a la política: el PRI, ya no existe; el PAN, es el responsable de su encarcelamiento y MORENA, lo percibe como uno de los artífices del fraude electoral que llevó a la presidencia a Felipe Calderón. ¿A dónde puede ir, que más valga?
Sus promotores, están de plácemes.
Intentan empujarlo al regreso a la arena de la lucha político-electoral.
Su regreso, sólo reabriría viejas heridas, que pueden acelerar su regreso a chirona.
¿Tiene caso, rascarle el bajo vientre al tigre?
Sus compañeros de viaje, lo ven como un cajero automático; festinan su salida de la crujía, como el inicio del regreso al presupuesto que tan excesivamente disfrutaron.
Inocentes.
No es lo más sensato, cambiar pesos por libertad.
Geño, se sumó a Tomás Yarrington, y desafió el demagógico apotegma de Manuel Cavazos Lerma.
¿Cuántos más, seguirán ese oscuro camino?
¿Qué cantidad de millones de dólares -propiedad de los tamaulipecos-, dejará Tomás en USA?
¿A cuánto ascenderá el monto de nuestro tesoro -efectivamente: nuestro- que Geño entregará al gobierno norteamericano?
Deberíamos entenderlo: ni Geño ni Yarrington, nos representan.
