Por José Ángel Solorio Martínez.
Independientemente, que represente un nuevo golpe a la IV T en el ámbito de los trabajadores -el primero, fue el revés a los candidatos oficiales por parte de Arnulfo Rodríguez Treviño y seguidores, en la Sección XXX del SNTE-, la victoria en el SUTSPET, de Blanca Valles, evidencia fallas estructurales de MORENA en Tamaulipas.
Dejemos por un momento, los fracasos jurídicos de los Tachos -abiertamente intentaron bloquear la candidatura de Valles, por decreto del Congreso, con una ley inconstitucional y personalizada a la carta-, porque las explicaciones rebasan sus impericias.
¿Porqué ganó Blanca?
1.- En varias décadas de control sindical, la lideresa ha generado una red clientelar que la apoya y la sustenta. Es, uno de los últimos residuos del corporativismo tamaulipeco. En ese largo tiempo, ha tejido una cauda de alianzas con gobiernos panistas y priistas. Ha sabido conducirse en esos escenarios de cambio y de continuidad, como ningún otro líder de trabajadores. Al encarnar un factor que garantiza la paz de la burocracia, las administraciones estatales lo han percibido como un factor que ofrece paz en las bases laborales de los Poderes del estado, por lo que se ha ganado la continuidad.
2.- La planta laboral del gobierno estatal, ha sido prohijada fundamentalmente, por gobiernos del PRIAN. Los más de trece mil 800 burócratas que conforman el SUTSPET, fueron incorporados a los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, por administraciones del pasado.
De otra forma: la IV T, -es decir, de un año a la fecha- no han incrementado la planta laboral ni en un diez por ciento. De otra forma: los empleados gubernamentales que votaron por Valles, tienen compromiso -moralmente, se entiende- con los gobiernos del PRI y del PAN.
Blanca obtuvo, más de cuatro mil votos; su competidor más cercano, rebasó los dos mil.
Aritmética simple: Valles, dobleteó a su oposición.
No se sabe que áreas gubernamentales, hayan bajado línea para apoyar a los adversarios de la eterna lideresa; lo que se conoce, es el prudente movimiento de Blanca para operar con la herencia del PRIAN que sigue palpitante en el SUTSPET.
3.- El resultado en el SUTSPET, refleja a la vez el escaso impacto de la IV T en los trabajadores de la administración estatal. Mucho tendrán que trabajar los ideólogos de MORENA para encontrar los por qué, en el Poder Judicial, en el Poder Legislativo y en el Poder Ejecutivo, los trabajadores se resistieron a cambiar y decidieron permanecer en el pasado.
Se habla de que decenas de empleados del Ejecutivo, se decantaron por la continuidad ninguneando a la alternancia en la representación sindical de la burocracia.
A bote-pronto, se puede especular que la IV T, ha sido ineficaz para tomar el control político del Poder Judicial y del Poder Legislativo, lo que se traduce en el evidente distanciamiento con sus plantas laborales.
¿Los gobernadores que se fueron, tienen más influencia en esos aparatos del gobierno estatal?
¿Acaso la burocracia, sigue añorando la presencia de los que se marcharon?
4.- La burocracia estatal, ha sufrido como nadie en el gobierno estatal, la austeridad republicana de la IV T regional. En educación, en los juzgados, en los tribunales, y en las oficinas administrativas de la cuatroté tamaulipeca, los trabajadores han sentido tijeretazos en sus prerrogativas: compensaciones, bonos para despensa, bajas del salario real, permisos económicos, vacaciones, y lo más indignante, trato déspota por parte de los superiores.
A contraparte, existe una burocracia dorada, de cuello blanco, que disfruta como nunca de canonjías por el sólo hecho de poseer una buena recomendación.
Muy probablemente, esas circunstancias abonaron para la perpetuidad de Valles y el tácito rechazo al morenismo en su faceta de gobierno.
Primero fue la Sección XXX.
Luego siguió el SUSTPET.
En política, un evento es circunstancia; dos de ellos, configuran una tendencia.
¡Vade retro, 2024!