A los paniaguados no les gustan las comparaciones y quieren un “vuelta a la hoja”, no porque los agobie la vergüenza -es algo que no conocen-; lo que les ocupa es que en el recuerdo de sus atrocidades, nadie vuelva a darles algún voto.
Pero como no estamos para caprichos a favor de los verdugos del pasado reciente, repasaremos otras tantas diferencias de temporada.
Ahora que se celebraron las fiestas patrias, los signos de la transformación rebasaron las expectativas colectivas.
El gobernador AMÉRICO VILLARREAL ANAYA, antes de salir al balcón a pronunciar las arengas a los y las próceres que nos dieron patria y libertad, personalmente, con su esposa y colaboradores, se pusieron a servir la cena que habían invitado a todo el pueblo, abriendo las puertas de palacio.
Fue otro acto de humildad, respeto y cercanía con los gobernados, con quienes luego se fue a compartir en la
Plaza.
¿Qué pasó hace seis años?
Desde el primer día, el gobernante panista se había dedicado a saquear el gobierno, empezando por lo más sencible que era la salud y la educación; cumplido el primer año, hacia las fiestas patrias, con una pobre concurrencia enseguida del grito se encerró con sus cómplices en Palacio a celebrase en petite comité.
Ahora, con la memoria a los luchadores históricos de las patria, el Gobernador enalteció los valores, que fueron letra muerta en el pasado sexenio: el respeto, la honestidad y la justicia.
Tras el “viva-viva”, el Gobernador AMÉRICO ingresó a Palacio, se quitó la indumentaria formal y ya “enguayaberado”, regresó a la plaza, para con el pueblo disfrutar del programa, que incluyó la transmisión de la ceremonia nacional de El Grito, encabezada por el Presidente ANDRES MANUEL LÓPEZ OBRADOR, en la que se incluyó imágenes en vivo de la estampa local.
Los victorenses, invitados y visitantes, se volvieron a poner de pie y transportados virtualmente a la plancha del zócalo, igual vitorearon los liderazgos históricos al tiempo que condenaron la corrupción, el abuso, el despojo de esa casta crecida en los privilegios, a costa de la depauperación del pueblo.
Los mismos que apostando a la amnesia colectiva, hoy quieren volver ensalzando a otro producto de la mentira; una de los suyos, potentada en la corrupción y disfrazada de pueblo.
Aquí a nadie engañan… por sus obras les conocemos.
Total que las fiestas patrias sirvieron para seguir marcando diferencias.
El llamado Humanismo Mexicano, inspiración de la Cuarta Transformación, que en Tamaulipas, bajo el liderazgo del doctor VILLARREAL ANAYA, genera confianza, produce acercamiento y una comunión estrecha entre gobierno y sociedad hasta leerse como la oportunidad de acceso a mayores estadios de bienestar y convivencia en nuestra sociedad.
En Reynosa, igual se dio, entre los eventos municipales, el evento más concurrido y mejor organizado.
El alcalde CARLOS PEÑA ORTIZ atendió a una concurrencia de más de 30 mil ciudadanos y entre sus invitados, estuvieron funcionarios de los tres órdenes de gobierno mexicano y de los tres poderes del estado, del Valle de Texas y hasta misiones diplomáticas de lejanas tierras.
Sus padres, la exalcaldesa MAKI ORTIZ y el Presidente del Sistema Municipal para el Desarrollo Integral de la Familia CARLOS PEÑA, no podían faltar y le acompañaron en el balcón de las arengas.
Con todos celebró el honor y el orgullo de la mexicanidad, en una fiesta de identidad, caracterizada por la alegría, compartida sin reservas.