La recuperación el diálogo para resolver la crisis generada por la confrontación de la Sección XXX del SNTE y la SET, dio inicio a la solución de un problema que se agigantó y entró en un proceso de avinagramiento por lo inflexible de las partes en pugna.
Ni el magisterio ni la IV T, dieron su brazo a torcer.
Tuvieron que entrar los factores centrales para sentar a la mesa a los actores más protagónicos del sistema educativo regional.
El acuerdo más palpable logrado en el tapete de la Secretaría de Gobernación y la Secretaria de Educación, fue la instalación de mesas de discusión para encontrar soluciones a las demandas del pliego petitorio de los profesores tamaulipecos.
Avances sustanciales, si duda.
Decir que el gobierno doblegó a los maestros rebeldes es un despropósito; tanto, como afirmar que el SNTE, puso de rodillas a la IV T.
En el corto plazo. Ambos, para solucionar las exigencias de los profesores, ganan…
…tiempo.
En el largo plazo, la Sección XXX triunfa en su estrategia de movilización y en su táctica de cuestionar a la administración estatal por el incumplimiento de obligaciones con la educación pública y con su principal activo: los maestros.
¿Se va o no se va Lucía Aimé?
Es irrelevante.
Ya no es, lo que era.
En la docena de días que ha durado el paro, sufrió un desgaste tal, que pasó de cuadro esperanzador del lopezoradorismo a convertirse en un pasivo de la IV T. Su equipo, resultó severamente cuestionado -desde Cuca Varela, hasta sus más íntimas amigas- dejando a la secretaria completamente expuesta: se exhibió, como una persona intolerante, permisiva -con las desaseadas prácticas de sus colaboradores- e incapaz de llegar a consensos con la parte sindical del sistema educativo regional.
(Justo, esas debilidades suyas, le imprimieron a la dependencia a su cargo el rostro que ahora tiene; algunas de esas peculiaridades, salieron a la luz en la mesa de la conversación con la titular de la SEGOB y la secretaria de la SEP).
El mayor logro del líder de la Sección XXX, Arnulfo Rodríguez Treviño, fue sacar a la calle a más de 10 mil profesores; sin duda, esa movilización operó como factor para romper la resistencia de la parte oficial que esgrimía un obsceno desdén para los maestros tamaulipecos. No existe en el escenario local, una organización laboral, capaz de mostrar tal capacidad de convocatoria y movilización. Tomar la calle, movió la pugna de lo regional a lo nacional; ya no era un conflicto entre educadores contra una administración estatal: se transformó en una disputa de dimensión nacional agrandada aún más por los adversarios del presidente AMLO.
Otro parcial triunfo de Arnulfo, fue desplazar de toda negociación a Lucía Aimé. Demandaba, diálogo con el Ejecutivo estatal; no con intermediarios. El gobierno, hasta el último momento, pretendió llevar a las mesas de concertación a la secretaria; los mentores, se opusieron e insistían -e insisten- en su renuncia.
La IV T, se plantó en su oferta: acuerdos sin mover a Lucía Aimé.
Finalmente, la Sección XXX, en las oficinas de la SEGOB, borró de la mesa de acuerdos a la secretaria tamaulipeca.
Mañana miércoles, dará inicio otra fase del problema.
Serán de trámite las reuniones; ya se esbozó ayer martes ante la secretaria, Luisa Alcalde Luján, lo que será la hoja de ruta de los convenios y acuerdos.
Complicado resolver, a la de ya, las demandas magisteriales; las más sentidas, llevan como premisa para su resolución gigantescas erogaciones económicas -sólo un asunto, para resolverlo a plenitud, requiere de más de mil millones de pesos-. Es decir: la diversa problemática educativa, requerirá de un replanteamiento financiero del gobierno de Tamaulipas, tanto como de una vocación de auxilio de la Federación.
La buena noticia, es que SET y SNTE, ya se dirigen la palabra.