La representación mayoritaria de la 65 Legislatura tamaulipeca se tardó pero al fin ejerció sus funciones para garantizar que nadie este por encima de la ley, así se trate de personajes que encuentran al frente de entes que cuentan con relativa autonomía.
Es el caso del titular de la Fiscalía Anticorrupción, RAÚL RAMÍREZ CASTAÑEDA, al que la Diputación Permanente separó del cargo, de manera provisional, mientras se resuelve su situación legal.
De hecho el servidor público que responde a los intereses del Ex Gobernador, FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA, ha tramitado y obtenido amparos mediante los que intentó ser inamovible del puesto que, hasta el pasado viernes, ostento.
Pero aún con ello el grupo de abogados de Congreso, seguramente en coordinación con la Dirección Jurídica del Gobierno del Estado, a cargo de TANIA CONTRERAS LÓPEZ, se aplicaron para poner en su lugar a RAMÍREZ CASTAÑEDA, de quien se espera una reacción ante su despido.
Seguramente el licenciado RAÚL tratará de sacarse la espina, en lo legal y en cuanto al aspecto mediático, debido a que se le metieron hasta la cocina funcionarios del Congreso y diputados locales, liderados por ÚRSULA SALAZAR MOJICA.
Acompañaron a la comitiva reporteros que cubren la fuente del Congreso, mismos que documentaron los procedimientos llevados a cabo, desde la entrega de la notificación al personal de la Fiscalía mediante la que se les precisa lo de la separación del cargo de su ahora ex jefe, hasta la entrada en acción del eficiente cerrajero para el que las cerraduras de las puertas de las oficinas del jerarca Anticorrupción fueron “pan comido”.
La flecha iba derecha y no valieron los alegatos leguleyos de una cancerbera que, suponemos, era de los brazos derechos del defenestrado. Y es que nadie podía detener la embestida justiciera de los representantes populares que nombraron y arroparon al encargado despacho de la Fiscalía, JESÚS EDUARDO GOVEA OROZCO.
A la mujer, que en buen plan trato de ofrecer resistencia, los distinguidos visitantes le aclararon que no iban a consultar o escuchar puntos de vista sino a notificar la determinación de la Comisión Permanente del Congreso y cumplir con lo resuelto.
Luego de poco más de media hora al fin se tuvo acceso al flamante espacio en donde despachaba RAMÍREZ CASTAÑEDA, cuando era el mero, mero.
Ahí los legisladores y GOVEA OROZCO se tomaron las fotos de rigor y se interactuó con los periodistas que cubrieron el inusual evento.
Se aclaró que la suspensión del otrora Fiscal le permite hacer las acciones legales que considere pero no podrá tener intervención en la Fiscalía y eso incluye el ejercicio de autoridad con el personal.
Lo que viene para el encargado de despacho de la instancia, que debería operar contra la corrupción, es revisar el estatus de operatividad del ente que dirige.
En ese sentido, a pegunta de los reporteros el personaje en mención dijo que verificará la situación de las procesos que se han tramitado (en contra de ex funcionarios de la administración pasada) para ver en que etapa van y analizar si hay dilación en la procuración de justicia.
Igual aclaró que las funciones de la Fiscalía no se suspenden y que de detectarse irregularidades se actuará conforme a las leyes.
A propósito, se le cuestión sobre el lujo que se podía ver en la oficina que ocupaba RAMÍREZ CASTAÑEDA a lo que JESÚS EDURDO respondió que serán revisados los objetos que ahí
se tienen para saber si son patrimonio de la Fiscalía a fin de determinar cual es su uso.
Mal punto para el connotado cabecista es el hecho de que salga por la puerta de atrás, similar a lo que hizo su jefe, guardadas las proporciones, cuando tuvo la obligación de entregar la estafeta a su relevo en la gubernatura.
En aquel entonces, GARCÍA CABEZA DE VACA, desapareció, a finales de septiembre, antes de que rindiera protesta el mandatario, AMÉRICO VILLARREAL ANAYA.
De modo que RAMIREZ CASTEÑEDA bien puedo seguir el mal ejemplo de su jefe y haber huido para evadir lo que evidentemente viene en su contra.
Ello si consideramos que el susodicho incurrió en irregularidades para proteger los intereses de su guía, familiares de éste y ex colaboradores que están acusados de corrupción.
Además, el ex Fiscal traía cola que, en su momento, le pisaron cuando se supo que había reprobado la evaluación de control y confianza que, por ley, le practicó una instancia del Gobierno federal.
Veremos que sigue en esto que, al menos para RAMÍREZ CASTAÑEDA, podría ir de mal en peor.
Ahora le debe tocar al Auditor Superior del Estado, JORGE ESPINO ASCANIO, que es una más de las “fichitas” que, a través de las cuentas públicas, encubre ilegalidades que se cometieron durante el sexenio cabecista.
Es buen tiempo para el ajuste al Auditor de parte del Congreso que, al fin de cuentas, es el patrón de éste servidor público que forma parte del entramado que dejó GARCÍA CABEZA DE VACA en su afán desquiciado de ejercer un poder transexenal.
Ya es hora de que la mayoría en el Poder Legislativo haga valer su condición.
La Transformación debe ser tema permanente del Congreso.