El continuismo en Reynosa, Tamaulipas, representado por el dominio de la corriente política encabezada por Maky Ortiz Domínguez, está generando un fenómeno de hartazgo en la ciudad, construyendo opciones emergentes. La casi liquidación del PRIAN -ni el PRI ni el PAN, tiene representantes potentes para la disputa de la alcaldía- delinea un escenario amigable para el MC y su principal aspirante: el empresario, Rigo Ramos.
La década de gobierno de los Makyiavélicos, no ha dejado buen sabor de boca en la comunidad reynosense. No se ven obras relevantes por ningún lado; administran la ciudad desde el extranjero; el alcalde sigue sin responder a las acusaciones de lavado de dinero, por la compra de un rancho cuyo costo rebasa los dos millones de dólares; y la Tesorera municipal, maneja la caja chica de la doctora Ortiz Domínguez para financiar sus aventuras políticas por el estado.
Ni el PRI ni el PAN, han podido articular una política de oposición coherente.
Al momento, los precandidatos azules a la alcaldía son los mismos cuadros desgastados de tanta derrota en la ciudad. Los precandidatos más relevantes, son el Cachorro Cantú, Raúl García Vivián y Chuma Moreno. Ni uno de los tres, con suficiente vigor como para competir contra los aspirantes de MORENA.
El Cachorro carece de base social, en tanto García Vivián, vive en Mission, Texas; y el Chuma, ha mostrado una fragilidad estructural que lo ha hecho morder el polvo en al menos cuatro combates electorales en la arena reynosense.
En el PRI la orfandad de cuadros fuertes, es aún más marcada.
Es más: cuadros tan relevantes como Oscar Luebbert, Betico Valdez y otros, se sumaron al lopezobradorismo dejando más desangrado al tricolor.
Es decir: el PRIAN, no le hace ni cosquillas a los Makyiavélicos.
Por ningún lado, se ve un candidato competitivo en los terrenos del Frente por México.
Del PRD, ni caso tiene hablar: no existe, no respira; por lo tanto: no aspira.
La oposición real, se vislumbra a estas alturas del partido, un PC con todas las posibilidades de transformarse en un ariete opositor.
¿Qué tan maciza será la emergencia de los naranjas en la joya demográfica de Tamaulipas?
Es una pregunta, que tendrán que responder los dirigentes del partido de Dante Delgado y los abanderados que decidan pelear a Maky y su banda, la autoridad municipal.
De apropiarse de nueva cuenta de las riendas de la ciudad, la familia Peña Ortiz, estaría garantizándose el control del Ayuntamiento por lo menos otros cinco años. La complejidad del tejido sociopolítico local, puede generar sorpresas; como ha ocurrido, muchas veces en la ciudad. El continuismo, más allá de lo poco saludable que es, genera pequeñas guerras locales que recurrentemente provocan ingobernabilidad en la microrregión.
Eso ha ocurrido, al menos en los últimos cincuenta años.
¿Aguantará el sistema político local, la tensión que conlleva tener en la silla de la alcaldía a miembros de una sola familia por casi dos décadas?
¿Tendrá la oposición, la visión y la energía para trastocar ese paisaje político?
¿El candidato -a- del bloque opositor, concitará la suma de los múltiples factores políticos incómodos por la gobernanza de los Makyiavélicos?
Rigo Ramos, ya ha avanzado en esa tarea.
Ha logrado nuclear a varios factores renegados de los Makyitos.
De la misma forma, ha sumado a segmentos del PAN y del PRI, que lo perciben como el único factor que puede acelerar la oxigenación de la autoridad pública reynosense.
Por lo pronto, Maky sueña a lo grande: quiere la senaduría.
Nada errada la estrategia: tirarle a la luna, para pegarle a los guijarros.
La incógnita, es: ¿quién se constituirá en la fuerza opositora en Reynosa: el PRIAN o el MC?