‘Quien traiciona una vez, traiciona siempre’, reza el refrán popular. Por eso, bajo advertencia, no hay engaño.
Esto me hace suponer que el amigo de Óscar de Jesús Almaraz Smer, Francisco Javier García Cabeza de Vaca –quien tiene el control del Partido Acción Nacional (PAN) en Tamaulipas–, no ha decidido, todavía, si ‘jugarlo’ como candidato reeleccionista a la diputación federal por el V Distrito, o por la presidencia municipal de Victoria.
Y es que el ex gobernador sabe, bien, que, así como Almaraz traicionó a su antecesor, Eugenio Javier Hernández Flores, lo traicionaría a él simple y llanamente para conservar privilegios en la administración pública o hasta impunidad.
En el primer caso, Almaraz, nuevamente siendo candidato del albiazul a la reelección legislativa ya no tendría como oposición a la columna ‘Pedro J. Méndez’, pues el núcleo de influencia de ésta fue trasladado, al distrito III –con cabecera en San Fernando–, con sus cerca de 40 mil votos.
Y, en el segundo, enfrentaría a un electorado decepcionado porque su ejercicio edilicio fue entreguista. Y lo peor, cedió la presidencia municipal al grupo ‘cabecista’ sin importarle lastimar a la estructura que por décadas fue leal al priismo.
Quien pretende ser el candidato del Frente Amplio por México (FAM) a la alcaldía de Victoria a consideración de su amigo Francisco Javier García Cabeza de Vaca, por tanto, no debería echar las campanas al vuelo, pues falta tiempo todavía para la decisión que, quizá, lo agarre mal parado.
PRI, mejor solo
El Frente Amplio por México (FAM), donde coindice el tricolor con el parido albiceleste y el membrete del Sol Sol Azteca, para enfrentar a Movimiento Regeneración Nacional (morena) y aliados en el proceso estatal para elegir diputados y ayuntamientos, sólo podría tener éxito nominando más priistas que panistas.
De otra forma el Revolucionario Institucional perdería su oportunidad de renacer aquí en el estado.
Y así debe entenderlo Rafael Alejandro Moreno Cárdenas alias ‘Alito’ –el dirigente nacional del tricolor–, en su negociación con Marko Antonio Cortés Mendoza y José de Jesús Zambrano Grijalva, que, por cierto, son los más interesados en jugar coaligados.
Hasta hoy empieza a organizarse un grupo de distinguidos militantes priistas que no están de acuerdo con una alianza estatal con el albiceleste, puesto que precisamente fueron los panistas, en complicidad con Egidio Torre Cantú, quienes iniciaron su exterminio allá por el 2015.
Ya ve usted que, en la contienda más reciente, la del 2021, el PRI no logró ni una sola curul federal de mayoría relativa, ni diputación local alguna –también por ese mismo principio–, y apenas contadas alcaldías de los municipios consideraos más pequeños de la entidad; y dos posiciones en el Congreso local.
En un análisis somero, el dirigente estatal del PRI, Carlos Solís Gómez, debe sopesar hasta qué punto le haría daño una alianza con el PAN y PRD, para intercambiar después puntos de vista con los militantes notables de Tamaulipas, a fin de ponerse de acuerdo en la conveniencia o inconveniencia de pactar una empresa de tal envergadura.
Y, sobre todo, con el mentado ‘Alito’, por ser el responsable directo de la coalición.
Por vía de mientras todo está en veremos…
Servicios, a la espera
En su mala proyección municipal, hay alcaldes que dejan al garete atender la prestación de servicios públicos, so pretexto de haberse acabado, ya, los recursos económicos del presupuesto correspondiente al 2023.
Y eso que estamos a menos de dos meses de concluir el segundo año del ejercicio legislativo correspondiente a sus regímenes.
Y a menos de uno de concluir su mandato.
Quiere decir, entonces, que será hasta febrero o quizá marzo del 2024 cuando se atiendan nuevamente la recolección de basura, el suministro de agua potable, la limpieza de las calles y avenidas, el alumbrado público, el mantenimiento de áreas verdes y las obras para taponear los cráteres que han aparecido en todas las arterias viales, ocasionando estos deterioros al parque vehicular tanto privado como público.
Ebrard ¿irá a o no a MC?
Marcelo Luis Ebrard Casaubón no de definido aún si abandona las filas de morena.
Situación que lo desgasta tanto como a su equipo de colaboradores más cercano, pues la indefinición, en momentos claves como éste, es un conducto hacia el ostracismo. Me explico mejor: si Marcelo sigue dándole largas a la decisión que supuestamente tomará el próximo día 10 del mes que cursamos, sólo provocará más hartazgo entre sus simpatizantes.
Además, hay colaboradores suyos que ya están cansados de su ambivalencia para decidir.
Total, qué le cuesta tomar al toro por los cuernos.
Y mientras él dilata su definición, Samuel Alejandro García Sepúlveda le sigue hablando al oído a Dante Alfonso Rannauro Delgado.
¿Acaso Marcelo no ha decidido su propia ruta por sospechar que hay entre el dirigente emecista y Andrés Manuel López Obrador un acuerdo de otra índole?