El ex presidiario, Fernando Arizpe García -quien se mueve como ministro sin cartera de la IV T tamaulipeca- y el Secretario de Administración, Jesús Lavín Verástegui -apuntalado y animado por los Tachos-, insisten en sacar por la vía rápida -es decir: a todo trance y por los caminos anti institucionales- al rector de la Universidad Autónoma de Tamaulipas, Guillermo Mendoza Cavazos.
Algo les incomoda del rector.
Y no es únicamente el asunto político, al parecer.
Se presume, que tanto Arizpe García como Lavín Verástegui, son impulsados por aviesas como propias motivaciones: el jugoso presupuesto que maneja la Máxima Casa de Estudios de la entidad. El Veterinario, en el fondo, intenta revivir el inmenso poder que disfrutó en la época negra del porrismo universitario en los años 70, 80, y 90 del siglo pasado; el Contador, percibe cercano su reemplazo en las áreas gubernamentales e intenta una salida digna a una carrera frustrada en la administración pública.
La enésima embestida política contra Mendoza Cavazos, inició la semana pasada con una operación mediática instrumentada desde la Dirección de Comunicación Social de la IV T, encabezada por su titular Francisco Cuéllar Cardona. No es ocioso recordarlo: la primera ofensiva contra el rector, se centró en su presunta militancia en el grupo del ex gobernador Francisco García Cabeza de Vaca y su turbia sociedad -así se manejó desde las oficinas de Cuéllar- con el general Audomaro Martínez.
A tanto escaló el conflicto, que el militar -hombre de confianza del presidente Andrés Manuel López Obrador, y responsable oficial del aparato de inteligencia de presidencia de la república- tuvo que visitar Tamaulipas y apretar algunas tuercas para frenar la intentona de tumbar al rectorado encabezado por Mendoza Cavazos.
Las consecuencias del viaje de Audomaro por ciudad Victoria, metió paz a las aguas universitarias.
Por casi medio año, Cuéllar Cardona, Arizpe y Lavín Verástegui, guardaron sus hachas de guerra.
De nueva cuenta, hay señales, indicios, de la reanudación de las hostilidades contra el rector de la UAT. Ahora, ampliaron la estrategia: sumaron al Congreso del estado -varios diputados se enredaron en la camiseta de la UAT, y se lanzaron desde lo más alto de la sierra, para -se infiere por sus declaraciones- sanear nuestra Universidad.
Es decir: el conflicto entre los detractores del rector y la Máxima Casa de Estudios, se reinicia con mayores bríos.
Mendoza Cavazos, ha sido tolerante con sus adversarios. Sumó a su equipo, al área de Comunicación de la Universidad a recomendados por Cuéllar; al mismo tiempo, instaló en la alta burocracia a Marco Batarse -en el área de administración-.
Los Tachos y Arizpe, creen que eso es insuficiente.
Lo quieren todo.
Ahora han centrado su táctica, en el ataque a diversas áreas del gobierno universitario. Su principal blanco, es la Tesorería de la UAT.
Audomaro y el rector, retornaron a su funcional postura: amacizarse con los factores nacionales de la IV T. En ese marco, parece estar, la visita de la historiadora, Beatriz Gutiérrez Müller a la UAT a diversos eventos culturales. La escritora, acudió a Tampico, Tamaulipas, por invitación de la universidad; no a petición de la IV T.
¿Con esos elementos de reflexión, puede haber una fisura para el triunfo del cuasi delincuencial grupo comandado por Fernando Arizpe?
¿Es viable la oxigenación de la UAT que plantea, Lavín Verástegui, con esos socios que le acompañan?
Arizpe, Cuéllar y Lavín, están llevando al Ejecutivo estatal, a un innecesario pleito de callejón.