El planeta, su entorno, seres vivos, plantas, animales y todo lo que lo integra, hoy vive momentos de caos, turbulencia y calamidades con un futuro incierto.
El mundo vive serios problemas políticos, económicos y sociales con gobiernos populistas, demagógicos, autoritarios, autocracia, ultraderecha que violenta losderechos fundamentales, el derecho a la paz, guerras sin fin, conflictos étnicos, exclusión y discriminación, altos índices de corrupción, desbordes sociales, violencia e inseguridad, luchas urbanas, atropellos a los derechos humanos, entre otros, conforman algunas de las tendencias que conducen hacia el caos.
Y sin pasar por alto el calentamiento global causado por la población que ha provocado el derretimiento de los glaciares y las capas de hielo, el aumento del nivel del mar y ante ello olas de calor más intensas.
La temperatura global va en ascenso debido a los gases de efecto invernadero, lo que está propiciando incendios forestales más frecuentes, períodos más prolongados de sequía en algunas regiones y aumento, duración e intensidad de las tormentas tropicales, así como la formación de huracanes más fuertes en categoría 4 y 5.
Solo basta recordar lo acontecido el pasado 25 de octubre del 2023 con Otis, que en menos de 12 horas de ser una tormenta tropical se convirtió en un huracán de categoría 5 que registró vientos de hasta 270 kilómetros por hora, lo que sorprendió a los meteorólogos, desbastando varias zonas de Acapulco y de Guerrero.
Los científicos proyectan que la intensidad de las tormentas asociadas con los huracanes y las tasas de lluvia aumentarán a medida que el clima continúe calentándose.
Aseveran que la expansión de fenómenos holísticos como la globalización y procesos desiguales de desarrollo amplían los abismos que separan cada vez más a pobres y ricos y a países desarrollados de otros que no lo son.
La naturaleza está bajo amenaza y un millón de especies de animales y plantas, de un total estimado de ocho millones, están en riesgo de extinción, muchas de ellas en pocos años, según el último informe de la Plataforma Intergubernamental sobre Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas (IPBES).
En 1947 un grupo de destacados científicos atómicos de talla mundial integrada por ganadores de premios Nobel, construyeron un reloj que a la fecha está vigente y constituyeron un comité de análisis, estudio y evaluación de riesgos a los que estáexpuesto el mundo.
El reloj surgió como consecuencia de la conciencia del devastador poder de las armas nucleares desarrolladas durante el Proyecto Manhattan.
La primera representación de reloj se realizó cuando el cofundador de Bulletin, Hyman Goldsmith, solicitó a la esposa de un psicólogo del Proyecto Manhattan, una artista llamada Martyl Langsdorf, la creación de un diseño de portada para esa revista.
Tras discutir varias ideas, Martyl optó por la idea de usar un reloj para simbolizar la urgencia y su plan fue repetir la imagen cada mes con un color de fondo distinto.
Para ver cómo quedaría, dibujó su primer boceto que fue la parte superior izquierda de un reloj con el minutero acercándose a medianoche.
Martyl Langsdorf, pretendía que la imagen del reloj transmitiera un sentimiento de peligro inminente, por este motivo posicionó la aguja a 7 minutos de medianoche.
La idea de mover el minutero vino posteriormente, en 1949, como un modo de dramatizar la respuesta del Bulletin a los acontecimientos mundiales presentes y futuros.
Aunque el reloj ya no es la ilustración principal de la portada del Bulletin, se mantiene como parte integral de su logo.
El diseño original ha ido transformándose a lo largo de los años y fue completamente rediseñado en 1989 para hacer hincapié en el carácter global del Bulletin.
El Reloj del juicio final, también conocido como «Doomsday Clock», ha estado haciendo tic toc muy activamente.
Cabe destacar que este no es un reloj cualquiera, representa ambas imágenes: la del Apocalipsis “medianoche” y la posibilidad de un ataque militar, “la cuenta regresiva hasta cero”. Con ello pretende alertar a la humanidad sobre los peligros inminentes.
Del 2020 a 2022 se redujo a 100 segundos, siendo la hora más cercana a la catástrofe el 2023, las manecillas quedaron a 90 segundos del final, debido a la invasión rusa de Ucrania y al aumento del riesgo de una escalada nuclear entre Corea del Norte contra Corea del Sur y Estados Unidos, y en 2024, el peligro persiste.
De acuerdo con la Academia de Derecho Internacional Humanitario y Derechos Humanos de Ginebra, en Medio Oriente y el norte de África se encuentran activos 45 conflictos armados, 35 en el resto del continente africano, Asia cuenta con 21 conflictos en activo, Europa tiene 7 y América Latina es escenario de seis conflictos armados, aunque estos incluyen también violencia criminal, como en el caso de México.
El pasado martes 23 de enero de 2024, se volvió a fijar el reloj a 90 segundos de la medianoche, lo más cerca de esa hora que ha estado desde que se creó, según el Bulletin of Atomic Scientists.
Ello representa una advertencia crucial de los científicos atómicos sobre la urgente necesidad de atender la problemática mundial con seriedad que amenaza la supervivencia del planeta.
El 2024 da inicio con un tenso mes, el 1 de enero se registró un sismo de magnitud 7,5 en la península de Noto, Japón con un saldo de 238 personas fallecidas.
El más fuerte que azotó la prefectura de Ishikawa desde 1885 y el Japón continental desde el terremoto de Tohoku de 2011.
La madrugada del sábado 27 al domingo 28 de enero, la Resistencia Islámica en Irak, nombre que designa a una coalición de milicias respaldadas por Irán llevó a cabo un ataque con drones, que impactó las unidades de alojamiento de contenedores de la base militar de Estados Unidos, ubicada en el noreste de Jordania. Tres soldados estadounidenses murieron y al menos 34 más resultaron heridos.
La Resistencia se opone al apoyo de Estados Unidos a Israel en la guerra en Gaza.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, lamentó el hecho y prometió castigo para los responsables del ataque.
El 2024 ha iniciado con un serio riesgo de escalada regional en Oriente Próximo y una amenaza directa al comercio global por los ataques continuos de los hutíes en el mar Rojo.
Enero da muestra de algunas señales que avizora al 2024 como complicado en terrenos de fenómenos naturales, geopolítica y en lo económico.
Los activos eventos bélicos, el aumento de la inteligencia artificial, la proliferación de armas nucleares, la crisis climática y las amenazas biológicas, mantienen el reloj en su curso y sus manecillas se dirigen hacia la medianoche…
Y Usted qué Opina..?
Nos vemos en la próxima…