La verdad fortalece
Los candidatos con vocación democrática obligados están a fortalecer su imagen acercándose al electorado que al final de cuentas es quien habrá de decidir su suerte; buscar el voto de toda la estructura partidista, de los indecisos e incluso hasta de los políticos antagónicos a sus membretes y no esperar que el día de los comicios una fuerza divina induzca sufragios en favor suyo.
Pero esto nada más se logra con voluntad y plena disposición para ir al encuentro de la sociedad. No con poses demagogas ni haciendo como que están en campaña, aunque muchos de los aspirantes a legisladores federales, por petulancia propia, crean y presuman que su simple presencia basta y sobra para alzarse con la victoria en junio próximo.
De ahí que los candidatos a senadores y diputados federales, todos –y estoy hablando de las cinco duplas y de todos los abanderados a curules de los siete partidos contendientes, aun cuando cinco de ellos estén coaligados en bloques parciales–, deban asumir la responsabilidad de hablarle al pueblo con la verdad, sin falsas promesas ni palabras huecas; y se den la oportunidad de escuchar, sin agachar la mirada, las inquietudes de quienes tienen la decisión de que alcancen o no sus objetivos en esta justa.
Es por su bien.
Y es que un pueblo que es tomado en cuenta puede dar el real sustento a la política y restarle poder a la anarquía, al desorden, al rumor y a otros instrumentos de la competencia electoral arcaica.
Hasta hoy, incluso, en los ocho distritos electorales (federales) en que está dividida la geografía tamaulipeca, la gente ya está cansada de que muchos de los candidatos quieran engañarla.
Por eso los sufragantes que de una u otra forma aparecen como actores principales del proceso comicial quieren estar enterados de los objetivos y el alcance de cada abanderado, para no dar lugar a interpretaciones irresponsables que mermen aún más la dañada credibilidad que existe hacia los políticos.
Es aquí, entonces, cuando cobran mayor importancia los medios de comunicación masiva, que hacen más oportuna y ágil la información generada en las campañas proselitistas, alentando la verdadera construcción de la democracia.
Por tanto, así como avanza la pluralidad, la prensa y los candidatos deben contribuir a la formación de una conciencia estatal crítica y responsable. Sin suspicacias.
La recompensa, claro está, será muy alta: ver libres a los tamaulipecos en este proceso electoral, donde ya no tienen cabida los demagogos ni oportunistas que buscan publicitar cuanta mentira se les ocurre.
Oposición no pinta
El panorama político-electoral que hasta hoy se observa en toda la geografía tamaulipeca, hace suponer que los candidatos de Movimiento Regeneración Nacional (morena) no tendrían problema alguno para llegar al Senado de la República y al Palacio Legislativo de San Lázaro, pues sus pares opositores, fuera de los verdes, simple y llanamente no han pintado.
Al menos así lo aprecio desde mi muy particular punto de vista.
Sin embargo, los candidatos propietarios de la coalición ´Seguimos haciendo historia’ y de sus aliados ocasionales obligados están a reconstruir su estrategia de proselitismo, pues del posicionamiento que logren en los dos meses y medio subsecuentes mucho dependerá, también, la inercia del voto hacia Claudia Sheinbaum Pardo.