Por Miguel Ángel Martínez Salazar.
Investigadores de la Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) realizan un proyecto con
el propósito de identificar las poblaciones de ocelote en la región centro de la entidad y
conocer las condiciones de salud para su protección.
El ocelote es una especie de felino de mediano tamaño que habita en distintas
regiones de América, principalmente en ambientes tropicales. En nuestro país tiene el
estatus “en peligro de extinción”, según la Norma Oficial Mexicana NOM-059-SEMARNAT-
2010, debido principalmente a problemas relacionados con la intervención humana.
De ahí la importancia de este proyecto que forma parte de la tesis titulada
“Estimación de ámbito hogareño y estado de salud del ocelote (L. pardalis) silvestre y en
cautiverio del estado de Tamaulipas”, de Víctor Iván Guerrero Medina, estudiante de la
Maestría en Ciencias en Sanidad y Producción Animal de la Facultad de Medicina
Veterinaria y Zootecnia.
La tesis se desprende de líneas de investigación de un proyecto más amplio que
desarrolla su asesor, el Dr. Leroy Soria Díaz, en torno a los carnívoros silvestres que
habitan las diferentes regiones de Tamaulipas, sobre todo en la reserva de la biósfera El
Cielo.
En su proyecto, Víctor Iván Guerrero Medina explica que el trabajo lo ha realizado
en el municipio de Llera, Tamaulipas, con el propósito de conocer el tamaño de las
poblaciones de ocelote, así como las condiciones de salud en que viven.
Señaló que, actualmente, no se cuenta con un censo que permita identificar
cuántos individuos de ocelote hay en México; sin embargo, sí se tiene información sobre
la densidad de población en México y América Latina, y las estimaciones varían desde 1.40
a 100 individuos por centenar de kilómetros cuadrados.
Comentó que parte de esta labor ha consistido en la captura de especímenes para
colocarles un collar equipado con un transmisor que emite una señal de radio (VHF) para
su geolocalización.
Indicó que los datos de ubicación ayudan a determinar el ámbito hogareño del
animal, y a evaluar su comportamiento en las distintas regiones donde se encuentra, lo
cual permitirá determinar el potencial o abundancia de sus presas, sobre todo cuando
existe fragmentación o perturbación del hábitat.
Refirió que cuando se efectúan estas técnicas de monitoreo se aprovecha para
evaluar la salud de los ejemplares, haciendo un examen clínico que incluye la toma de
muestras sanguíneas y de heces fecales. Esto con el objetivo de evaluar la presencia de
enfermedades tales como peritonitis infecciosa felina, panleucopenia felina y
salmonelosis; además de identificar parásitos internos como los gusanos redondos, los
gusanos de cabeza espinosa o los gusanos de la lengua, así como protozoos; o bien
ectoparásitos como garrapatas, ácaros, piojos y pulgas.
Detalló que diversos estudios consideran al ocelote una especie reguladora de
ecosistemas por ser un cazador oportunista.
Finalmente, advirtió que la conservación de la especie presenta problemas graves debido
a la intervención del hombre en su ecosistema, lo que llega a afectar de manera negativa
el número de individuos, su distribución y abundancia, propiciando un aislamiento de la
población y su posible desaparición.