El senador que le hace falta al clan pluripartidista para alcanzar la mayoría calificada que vote a favor de la reforma judicial saldría del PRI, PAN o MC, aunque podrían ser más los ‘Judas’ que emulen a los chaqueteros del PRD que, quizá a cambio de migajas, se echaron en brazos del grupo oficialista.
El domingo que nos antecede, se aprobó, en sesión de las comisiones unidas de Puntos Constitucionales y Estudios Legislativos, la iniciativa –sin quitarle ni una coma–, que hoy será turnada al pleno para éste dictaminarlo mañana miércoles en sesión que se antoja maratónica.
Aduce Adán Augusto López Hernández, coordinador de la bancada de Movimiento Regeneración Nacional (morena), que ya tiene comprometidos, a estas alturas el voto faltante para sumar 86… y más.
Los dos primeros chaqueteros de la oposición, fueron Araceli Saucedo Reyes y José Sabino Herrera –ambos del inerte partido del Sol Azteca–, al unirse a Movimiento Regeneración Nacional (morena), en septiembre 5 del mes que cursamos, fieles a su oportunismo político.
Los analistas políticos estiman que el ‘Judas’ siguiente sería el panista Miguel Ángel Yunes Márquez a cambio de que su hermano Fernando rinda protesta como diputado local, que su esposa Patricia Lobeira Rodríguez no sea investigada como alcaldesa de Veracruz y su padre sea perdonado.
Sin embargo, también con lupa son observados el senador del partido naranja Francisco Daniel Barreda Pavón; las priistas Cynthia Iliana López Castro, Anabell Ávalos Zempoalteca y Claudia Edith Anaya Mota; así como Mauricio Vila Dosal del membrete albiceleste.
Lo cierto es que la reforma judicial ya aprobada por la LXVI Legislatura de la Cámara de Diputados, en sesión plenaria por la aplanadora oficialista, fue igualmente sancionada a favor en el Senado, por las comisiones unidas de Puntos Constitucionales y Estudios Legislativos, por lo que este día será turnada al pleno para, en sesión plenaria (programada para iniciar mañana) empezar su discusión y ser votada, tras zanjarse las más de 70 reservas al documento.
La viabilidad de que sea aprobada, es alta, considerando que habría a la hora de la votación definiciones ‘compradas’ y/o ‘forzadas’, por ser, ésta, una añeja costumbre de los grupos en el poder para someter a su antojo al Poder Legislativo.
En el fondo, me parece necesario transformar al Poder Judicial, puesto que la corrupción que ahí anida, acompañada del rezago judicial y el abuso presupuestal son una constante que no ofrece ninguna seguridad y certeza a la población y sí, por el contrario, beneficia a los hombres del poder como a quienes cuentan con recursos económicos de sobra para comprar jueces y conciencias.
Empero, no estoy de acuerdo con la forma, pues parece arbitrario que, acatando una instrucción presidencial, se quiera ‘desaparecer’ a uno de los tres poderes para sustituirlo por un grupo representativo del Ejecutivo, con la complacencia del Legislativo.
Mucho se ha discutido el tema, más entre amigos, en tertulias y mesas de café que entre los promotores de la reforma y la sociedad, sin que hasta la fecha surja una coincidencia sobre cuál sería la mejor forma para lograr una decisión consensuada sobre los puntos neurálgicos de ésta como son la selección de ministros, magistrados y jueces.
De ahí que las protestas aparezcan cotidianamente y se multipliquen, sin ser escuchadas por la parte oficialista que ya tomó la decisión de sacar avante la reforma lópezobradorista, quien no les perdona a los ministros de la Suprema Corte de Justicia (SCJ) que lo hayan encarado, el echar abajo su reforma electoral y negarse a reducirse los emolumentos.
En cuanto al tema aún hay mucho qué decir, como el hecho de causa, la sola iniciativa, desconfianza en los inversionistas, mercados bursátiles y los gobiernos extranjeros, pues ven un riego en el método propuesto para la renovación de cerca de 2 mil 600 juzgadores –mediante tómbolas y, por supuesto, elecciones–, ya que podrían contaminarse por grupos criminales al no plantearse filtros adecuados para su postulación.
De cualquier forma, en caso de aprobarse la reforma judicial, ésta será harto cuestionada por más de la mitad de la población adulta, tomando en cuenta que la elección presidencial la ganó morena, ciertamente, pero con sólo poco más de 32 millones de votos, de los casi 100 millones que hay de ciudadanos con derecho a votar y ser votados.
Así que, nuevamente, la minoría se impondrá, aunque sea mayoría en el Congreso de la Unión.
Lo más recomendable, entonces, sería que se aplazara la votación por haber necesidad de discutir a fondo cada uno de los puntos de la iniciativa y contemplar otras propuestas, pues, aunque se afirma que las’ recogieron’ éstas no fueron tomadas en cuenta, ya que, de buena fuente, sé que a la iniciativa presidencial no se le ha corregido ni una coma.