Responsabilidad patriótica y desafíos personales
En el marco del Día del Padre, miles de integrantes de las Fuerzas Armadas mexicanas enfrentarán la jornada lejos de sus hogares. Esta realidad refleja el esfuerzo constante por equilibrar su compromiso con la nación y su responsabilidad familiar. Gilberto Jesús Briones Lara, oficial del Octavo Regimiento Blindado en Irapuato, Guanajuato, comparte su experiencia de vida dividida entre dos grandes responsabilidades.
Una vida entre filas y afectos
El teniente, originario de Puebla, lleva 32 años ininterrumpidos en el servicio militar y medio año destinado en Guanajuato. A sus tres hijos, incluyendo una pequeña de cinco años, les transmite los valores aprendidos en su trayectoria desde que ingresó al Heroico Colegio Militar tras concluir el bachillerato.
«Los retos son muy complejos, amplios, ya que se debe de compaginar las dos circunstancias, tanto en el trabajo como en la integración familiar»
, reconoció.
Políticas institucionales y conexión emocional
El Ejército Mexicano ha implementado medidas para facilitar la relación familiar, permitiendo periodos de convivencia tras cada misión. Según el oficial,
«la Secretaría de la Defensa Nacional implementó la directiva para fortalecer la moral y disciplina, eso ha ayudado bastante a la integración familiar»
, permitiendo equilibrar ambas dimensiones esenciales.
Miedos y orgullo compartido
La incertidumbre es una constante en sus hogares, ya que sus familiares comprenden los riesgos inherentes a la profesión.
«Es un tema un poco difícil de comentar, por la situación que hay en algunos lugares del país… si llegara a pasar, pues es satisfactorio estar en esas circunstancias y haber contribuido al país»
, expresó con orgullo el militar, quien reconoce el apoyo incondicional de su esposa e hijos.